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¿Por qué fracasa la cirugía del túnel carpiano en muchos casos? Causas que no se abordan

Cuando alguien toma la decisión de operarse, normalmente lo hace después de haber agotado todas las demás opciones. Dolor persistente, hormigueos incómodos, pérdida de fuerza en la mano, noches interrumpidas por una sensación de adormecimiento… Y entonces, el médico plantea la cirugía como una solución definitiva.
Pero muchas veces no lo es.
El síndrome del túnel carpiano es una dolencia que afecta a miles de personas y que, sin embargo, sigue siendo mal comprendida y peor tratada. Y en este contexto, la cirugía ha llegado a considerarse la solución más rápida y eficaz. ¿Pero qué ocurre cuando incluso después de operar, los síntomas no desaparecen… o vuelven?
Este artículo es para quienes ya han pasado por el quirófano y no obtuvieron el resultado esperado. Pero también para quienes aún no lo han hecho y quieren comprender mejor qué es lo que realmente está fallando en el enfoque tradicional.

El error de origen: pensar que el problema está solo en la muñeca

La cirugía del túnel carpiano consiste, en esencia, en liberar el nervio mediano dentro del canal carpiano, cortando el ligamento que lo comprime. Y cuando el origen del problema es efectivamente un estrechamiento físico en esa zona, puede dar buenos resultados.
Pero en la mayoría de los casos, eso no es todo.
El túnel carpiano es el punto final de un proceso que empieza en otras partes del cuerpo, y muchas veces incluso más allá de lo físico. Si no se actúa sobre esas causas más profundas, lo que ocurre tras la cirugía es previsible: el alivio es parcial, temporal o inexistente.

¿Qué factores no se están teniendo en cuenta en el síndrome del túnel carpiano?

A continuación, te explicamos por qué la cirugía no siempre es la solución, y qué variables deberías considerar antes (o incluso después) de pasar por el quirófano.

1. Problemas cervicales no resueltos

Gran parte del trayecto del nervio mediano se origina en la columna cervical. Si existen bloqueos, tensiones musculares o disfunciones articulares en esa zona, el nervio ya viene comprimido o alterado desde su raíz.
Cortar el ligamento de la muñeca no resolverá un problema que empieza en el cuello.

2. Alteraciones musculares en el brazo, el hombro o el pecho

Los músculos que rodean el nervio a lo largo del brazo también pueden comprimirlo: pectoral menor, escalenos, pronador redondo, entre otros. Si estos músculos están tensos o retraídos, ejercerán presión constante sobre el nervio.
Este tipo de compresiones múltiples (lo que se conoce como “síndrome del doble crush”) no se resuelven con cirugía local.

3. Disfunciones viscerales, especialmente hepáticas

Desde el enfoque de la fisioterapia integrativa y del Fiit Concept, sabemos que muchos dolores musculares y nerviosos tienen su origen en órganos que no están funcionando bien.
En el túnel carpiano, los más implicados suelen ser el hígado y la vesícula biliar. Cuando estos órganos están sobrecargados (por alimentación, estrés, emociones retenidas…), generan reflejos viscerales que afectan al cuello, hombros y brazos.
Por eso, aunque operes la muñeca, el problema no desaparece si no desintoxicas y equilibras estos órganos.

4. Estrés y emociones no digeridas

El cuerpo no solo habla a través del dolor físico, también expresa lo que emocionalmente no sabemos liberar. En el caso del túnel carpiano, suelen estar presentes emociones como:

  • Rabia contenida, especialmente en contextos laborales.
  • Frustración o impotencia, al sentirse limitado/a.
  • Amargura, por situaciones no aceptadas.

Estas emociones afectan directamente al sistema nervioso y a los órganos que, a su vez, alteran la función muscular y nerviosa. Si no se hace un trabajo emocional de fondo, el dolor puede permanecer a pesar de la intervención quirúrgica.

Entonces… ¿es siempre un error operarse el túnel carpiano?

No necesariamente. Hay casos muy concretos, como traumatismos o estrechamientos muy evidentes, en los que la cirugía es una herramienta válida. Pero el error está en asumir que la cirugía es la solución universal, sin haber explorado antes todas las causas que están generando y perpetuando el problema.
Y especialmente, si ya te has operado y los síntomas persisten, es fundamental revisar los aspectos que no se tocaron en el quirófano: cervicales, vísceras, músculos, emociones, alimentación, estrés.

Una visión más amplia: el cuerpo como un todo interconectado

Desde Fiit Concept, llevamos años desarrollando un enfoque integrador que ha demostrado su eficacia en personas que no mejoraron con fisioterapia convencional ni con cirugía.
La clave está en entender el cuerpo como una red interconectada donde:

  • Los órganos pueden generar tensiones musculares a distancia.
  • Las emociones no digeridas se transforman en dolencias físicas.
  • El sistema nervioso autónomo responde al estrés sostenido alterando funciones vitales.

Este enfoque nos permite acompañar a las personas en un proceso de cambio real, donde no solo se alivia un síntoma, sino que se restaura el equilibrio interno que lo originó.

¿Y si ya has pasado por cirugía?

Incluso si te han operado y los síntomas continúan, aún estás a tiempo de resolver el problema. De hecho, muchas personas llegan a nuestro enfoque después de la cirugía, frustradas por el resultado, y encuentran un camino que por fin les da respuestas.
Nuestro programa online para el túnel carpiano está pensado para ayudarte a:

  • Comprender las verdaderas causas de tu problema.
  • Actuar sobre tus hábitos, emociones, alimentación y entorno.
  • Recuperar la movilidad, la sensibilidad y la calidad de vida sin depender de más intervenciones.

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Más que un tratamiento, es una oportunidad para mirar tu salud desde una perspectiva más profunda y actuar con conciencia sobre lo que tu cuerpo realmente está intentando comunicarte.

Junio 25, 2025

Junio 25, 2025

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